Eres libre,
en tu más profundo pensamiento,
en el justo centro de tu esencia
en el término de tu comarca.
Eres libre,
a pesar de las rejas,
a pesar de los perros,
a pesar de los «prohombres».
Cada golpe te enaltece,
cada insulto te dignifica,
Tú podrás mirar a los ojos.
¿Él? Un día tendrá que desviar la mirada.
Habita tus convicciones,
vive tus dominios,
siente la campiña de tu fe inquebrantable.
Aunque encierren tu cuerpo,
eres libre.