Mortero que amalgamas los recuerdos en tríadas y tétradas que viajan en el tiempo.
Los sonidos, los silencios, el orden matemático que siempre encaja.
Tu tónica es la pauta… un imán. Podrás recorrer el universo entero pero siempre volverás a ella.
Tu ritmo me balancea, me lleva involuntariamente de un lado al otro y a veces me descubre moviendo los pies.
Tu estructura me invade, permea mi mente y de pronto, simpáticamente, mis ondas cerebrales entran improvisando en tu juego.
Trasciendes mi espíritu, lo envuelves. En su más grande intimidad, lo haces sentir vivo.
Eres la mejor de las musas. Eres la Música.