Aquí vivo,
en el medio del caos,
en el corazón de la entropía
en la comprobación empírica de la Ley de Murphy.
Aquí vivo,
donde la incomunicación reina
donde el otro no existe
y si existe es para nombrarle la madre.
Aquí vivo,
con la vida a cuestas,
con los afectos alterados,
con los cariños regados por el mundo
Aquí, en el reino mendicante de las migajas,
Aquí vivo.
Aquí lucho,
por ver la luz en los ojos de mi hija,
por ver la luz en los ojos de mis alumnos,
por ver la luz en tus ojos.
Aquí me nutro,
de mi universidad,
de mis amigos,
de cada vez que mis alumnos hacen click.
Aquí vivo.