En el último segundo

En el ocaso de tu vida no habrá importado lo que tienes o tuviste. En el último suspiro tendrás que entregarte inevitablemente.

Llegarán las preguntas ¿Qué dejo aquí? ¿Cuál es mi legado? ¿Qué construí?

¿Dejo cosas? ¿Dejo amigos? ¿Dejo amores?

Si en ese último instante sólo tienes cosas, habrás muerto sin remedio.

Si en cambio, a lo largo de tu vida sembraste y usaste tus cosas para ayudar a otros, tendrás amigos y tendrás amores.

Siempre vivirás en las personas a las que le diste afecto y si ellas dan afecto, vivirás eternamente.

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