La Paz Positiva y la Paz Negativa

Nota escrita originalmente el 9/3/2009 en Facebook.

Pablo Picasso

Hace algunos días me encontré a mi mismo cantando la «Canción del Elegido» de Silvio Rodríguez al salir de la ducha y por primera vez, luego de llevar casi 30 años conociéndola, la cuestioné. Con frecuencia simplemente nos dejamos llevar y canciones como esa o como otras se convierten en himnos que entonamos fervientemente en nuestro tiempo de universitarios, o en el seno de nuestro hogar.

Cantaba yo esa mañana, y cuando llegué a la parte que dice «y comprendió que la guerra, era la paz del futuro» me dije YA VA, ¿Qué clase de paz se construye con una guerra? definitivamente una paz muy dolorosa y sobre todo la más frágil de las paces. Fue por ello que esa mañana escribí en mi Facebook «La única paz que trae una guerra es la paz de los sepulcros». Parto entonces de esa anécdota en la que fijo distancia con Silvio, y entiéndase bien, lo considero un excelente poeta que además maneja los acordes de la guitarra con un sentido muy creativo y excepcional.

Se me hace necesario entonces asumir un concepto de PAZ. Una manera inicial de ver el término sería «la ausencia de guerra». Sin embargo, me doy cuenta de que son muchas las circunstancias en las que no hay guerra porque simplemente sería un suicidio. No se da la guerra porque una de las partes en conflicto no cuenta con la capacidad bélica que tiene la otra. En estas situaciones, el conflicto subyace latente generando un ruido permanente entre las partes. Es así como los expertos en la materia hablan de dos tipos de paz, la negativa y la positiva.

La primera se logra por la fuerza, mediante la intimidación que implica la acumulación de armamento y la disposición de personal y material bélico. Este es el tipo de paz que es impuesta, normalmente a la fuerza, por aquellos países favorecidos en la balanza de poder o alianzas de estos países como los Cascos Azules de las Naciones Unidas, la OTAN o el antiguo Pacto de Varsovia. Este es el tipo de paz, la paz negativa, que se logra (si se logra) luego de un conflicto bélico.

Desde mi punto de vista, ese tipo de paz es un mal necesario. Debería representar un mecanismo de presión para que se dé un reconocimiento mutuo cuando una de las partes beligerantes está atropellando a la otra. Sin embargo, no siempre es así. ¿Como se le puede decir a la madre que pierde a sus hijos en un bombardeo sobre una escuela, que fue un error cometido en nombre de la paz? ¿EN EL NOMBRE DE LA PAZ?

La paz negativa deja profundas heridas que tardan demasiado tiempo en sanar, si es que sanan. Todavía veo en los españoles las secuelas que dejó la guerra civil, a 70 años de haber culminado. Afortunadamente en este caso existe la voluntad de dejarlas sanar. Sin embargo lo ideal sería no tener heridas. Que las diferencias y los conflictos no llegasen a enfrentamientos armados.

Yo creo en la paz positiva, la que no necesita guerras porque la agresión inicial nunca se da. Bajo esta visión, no harían falta ni la intimidación ni el ataque porque no habría motivo. Antes de que me lo digan, lo digo yo bien fuerte: POR SUPUESTO QUE ES UNA UTOPÍA, pero muchas realidades comenzaron siendo utopías.

La construcción de una paz positiva a nivel global requiere de mucho esfuerzo y trabajo. Trabajo en pro de la educación, en pro de los valores, particularmente del reconocimiento mutuo, de comprender que ni los pueblos ni las personas pueden imponer modos de vida a la fuerza, de asumir que ninguna cultura puede ser anulada por el hecho de ser diferente a otra y, sobre todo entender que la vida es un derecho universal de todos los hombres y mujeres y nadie, bajo ningún pretexto, puede ni debe atentar contra ese derecho.

La gran pregunta es cómo se logra esto. Mi respuesta es que en un corto o mediano plazo se pinta como una tarea imposible. Sin embargo, creo que todos podemos poner de nuestra parte para ver si los nietos de nuestros nietos pueden llegar a ver los resultados. Debemos trabajar por la educación en valores. Ya los franceses lo decían a finales del siglo 18 ¡Libertad, Igualdad y Fraternidad!. Libertad para ser responsables de nuestros actos y escoger por el bienestar colectivo, igualdad ante la ley, pero también ser reconocido como un vecino planetario y fraternidad para hermanarnos por un mundo mejor donde no sólo reconozco a mi amigo sino a cualquier persona que me reconozca a mi.

Creo que el camino es el de la paz positiva o extinguirnos como especie, quizás no hoy, quizas no mañana, no lo sabemos, pero la paz negativa es un mal necesario que sólo conduce a nuevas situaciones de beligerancia. Los que ya crecieron queriendo anular a otros y tratando de imponer sus puntos de vista por la fuerza no van a cambiar. Para ellos y sus sucesores, no queda otro camino que el de la paz negativa. Sin embargo, mientras tanto, debemos ir construyendo otra visión del mundo que en definitiva sea más humana.

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